El síndrome metabólico es una condición que agrupa varios factores de riesgo que aumentan significativamente las posibilidades de sufrir enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y accidentes cerebrovasculares. Afecta a millones de personas en todo el mundo, muchas sin ser conscientes de ello.
Tabla de contenidos
Diagnóstico del síndrome metabólico
Para determinar si tienes síndrome metabólico, tu médico debe evaluar la presencia de los siguientes factores:
- Obesidad abdominal: Un perímetro de cintura superior a 88 cm en mujeres y 102 cm en hombres.
- Presión arterial alta: Valores iguales o superiores a 130/80 mmHg.
- Colesterol alto: Niveles de colesterol LDL ("malo") superiores a 130 mg/dL o niveles de HDL ("bueno") inferiores a 40 mg/dL en hombres y 50 mg/dL en mujeres.
- Triglicéridos altos: Niveles superiores a 150 mg/dL.
- Resistencia a la insulina: Detectable con un examen de sangre.
Es posible que el médico te realice preguntas sobre si algún familiar tuyo padeció esta condición y comprobará tu historial médico, para evaluar todos los factores de riesgo del síndrome metabólico.
Tratamiento para el síndrome metabólico
No existe un tratamiento específico para el síndrome metabólico, sino que debe optarse por uno u otro en función de las enfermedades subyacentes que lo provocan y, por lo general, siguiendo unos hábitos de vida saludables.
Pautas generales sobre estilo de vida
Llevar un estilo de vida saludable es fundamental para controlar el síndrome metabólico.
- Reducción del peso corporal: Si padeces obesidad, es recomendable que te plantees bajar de peso. Está demostrado que perder incluso un 5-10% del peso corporal puede mejorar significativamente los factores de riesgo.
- Alimentación saludable: Consumir una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y proteínas magras. Limitar el consumo de azúcares añadidos, grasas saturadas y grasas trans.
- Actividad física regular: Se recomienda practicar al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física vigorosa a la semana.
- Manejo del estrés: Implementar técnicas de relajación como la meditación o el yoga.
- Dejar de fumar: El tabaquismo empeora los factores de riesgo del síndrome metabólico.
Medicamentos
En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para controlar:
- La presión arterial: Mediante antihipertensivos.
- El colesterol: Con medicamentos que incluyan estatinas, ezetimiba, niacina o fibratos, entre otros.
- La diabetes: A través de fármacos que cuenten con metformina, sulfonilureas, inhibidores de la DPP-4 o agonistas del GLP-1.
Cirugía para perder peso
En casos de obesidad grave y cuando otras medidas no han logrado controlar el síndrome metabólico, se puede considerar la cirugía bariátrica, con técnicas como:
- Cirugía de ByPass Gástrico: Esta técnica consiste en reducir el tamaño del estómago, dividiéndolo y creando un pequeño reservorio conectado con el intestino delgado.
- Cirugía de banda gástrica: Esta cirugía limita la cantidad de alimento que el estómago puede retener, ayudando al paciente a sentirse satisfecho más rápidamente.
- Cirugía de manga gástrica: En esta técnica se extrae parte del estómago, dejando una parte de este con forma tubular.
- Balón gástrico: Consiste en introducir una esfera de silicona en el estómago del paciente. Se trata de una técnica mínimamente invasiva y no dolorosa.
Prevención del síndrome metabólico
Las medidas para prevenir el síndrome metabólico son similares a las de tratamiento:
- Mantener un peso saludable.
- Seguir una dieta saludable.
- Realizar actividad física regular.
- No fumar.
- Controlar el estrés.
- Realizar chequeos médicos regulares para detectar y controlar los factores de riesgo.
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