La alergia es una reacción del sistema inmunitario frente a determinadas sustancias denominadas alérgenos que en determinados casos las provocan en el aparato respiratorio, digestivo o en la piel. Los más comunes son el polen, los ácaros y el epitelio de perro o gato (proteínas que se encuentran en la caspa del animal).
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¿Qué es la rinitis alérgica?
La rinitis es un trastorno heterogéneo nasal sintomático, que cursa inflamaciones de la mucosa nasal y que se caracteriza por uno o más de los siguientes síntomas: congestión nasal, goteo acuoso, estornudos y/o picor en ojos, nariz, paladar y oídos.
En los últimos años los casos de rinitis alérgica se han visto incrementados en los países desarrollados a causa de factores medioambientales, genéticos y de una compleja interrelación entre ambos elementos, siendo una de las diez causas principales de visita al médico de atención primaria.
Causas y tipos de la rinitis alérgica
Las rinitis alérgica es consecuencia de una reacción hipersensible del organismo que provoca una respuesta desproporcionada del sistema inmune al entrar en contacto con una sustancia (alérgeno) que interpreta como antigénica aunque realmente no lo sea.
Los alérgenos que entran en contacto con el organismo a través de la vía aérea, como pólenes, esporas de hongos, ácaros y plumas o epitelios de animales, entre otros, son los más frecuentemente implicados en la rinitis alérgica.
Clásicamente ha existido una subdivisión en función de las causas de la rinitis alérgica:
- Rinitis alérgica estacional (RAE): Alérgenos al aire libre (polen)
- Rinitis alérgica perenne (RAP): Alérgenos que habitualmente se encuentran en interiores (ácaros del polvo, hongo, epitelios o plumas de animales)
- Rinitis alérgica estacional (RAL): Cromo, níquel, penicilinas, cefalosporinas, formol, madera...
Por otro lado, la OMS propuso otra clasificación basada en la duración y gravedad de los síntomas de la rinitis, así como el grado de afectación de la calidad de vida del paciente:
- Intermitente: Síntomas durante menos de cuatro días a la semana o menos de cuatro semanas.
- Persistente: Síntomas durante más de cuatro días a la semana o más de cuatro semanas.
- Leve: No interfiere en el sueño, la actividad diaria y laboral o escolar y no produce síntomas molestos.
- Moderada/Severa: Interfiere en el sueño, en la actividad diaria, laboral o escolar y produce síntomas molestos.
Carga de la enfermedad
Los pacientes con rinitis alérgica sufren una reducción significativa de la calidad de vida en general debido al impacto que esta tiene en su salud física y mental.
Aunque no suele ser una enfermedad grave, los síntomas oculares, la obstrucción y goteo nasal tienden a alterar el día a día de las personas que lo sufren. La obstrucción nasal produce a menudo trastornos del sueño, dificultando el descanso nocturno y repercutiendo en el rendimiento laboral debido a la falta de concentración.
Además, en los pacientes con rinitis alérgica debe valorarse la presencia de enfermedades asociadas tales como la dermatitis atópica, trastornos respiratorios del sueño, conjuntivitis, rinosinusitis, otitis media y muy especialmente el asma.
Cómo curar la rinitis - Tratamiento
El abordaje terapéutico se realiza en función de la sintomatología. Como tratamientos farmacológicos se encuentran:
- Vía oral: Antihistamínicos y antihistamínicos con descongestivos (ebastina, cetirizina, loratadina).
- Tratamiento tópico de síntomas nasales: Descongestivos nasales, corticoides nasales o retinol en forma de pomada nasal para tratar la irritación.
- Tratamiento local de síntomas oculares: Descongestivos oculares, astringentes para las molestias o lavados nasales con agua de mar o suero fisiológico.
Por otro lado, se pueden aplicar una serie de medidas de prevención y tratamiento no farmacológico que nos ayudarán a evitar los factores desencadenantes:
- Evitar cambios bruscos de temperatura, tabaco o alcohol.
- Realizar lavados nasales con soluciones salinas fisiológicas o preparados con agua de mar.
- Lavado frecuente de manos.
- Uso de pañuelos desechables.
- En casa, mantener una humedad adecuada y ventilar durante las horas centrales del día.
- Mantener una ingesta adecuada de líquidos.
- Realizar inhalaciones de vapor que ayude a fluidificar y expulsar la mucosidad.
- Limpiar con aspiradora y evitar barrer.
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