Durante varios años, el mundo laboral ha estado inmerso en un debate constante sobre el fenómeno conocido como 'quiet quitting' o renuncia silenciosa. Esto se refiere a la decisión de una persona empleada de abandonar su puesto de trabajo como respuesta a la presión o a las malas condiciones laborales, sin expresar abiertamente sus motivos.
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Quiet quitting o renuncia silenciosa
Existen estudios que respaldan la idea de que este tipo de situaciones siguen un patrón característico. Frente a la adversidad, la persona trabajadora pierde la motivación y se limita a realizar lo estrictamente necesario para cumplir con sus obligaciones, evitando asumir tareas adicionales o realizar horas extras.
En una cultura laboral obsesionada con la productividad, esta actitud choca frontalmente con las expectativas de los empleadores. Algunos profesionales de la salud argumentan que esto representa una perspectiva más saludable del trabajo, donde se prioriza la vida personal. Sin embargo, para otros, refleja una falta de compromiso y motivación hacia la empresa.
Hay que señalar que no solo se trata de una tendencia al alza, sino que, hasta el propio Foro Económico Mundial ha advertido sobre los riesgos de esta desconexión hacia el trabajo, especialmente entre los jóvenes, quienes muestran una menor disposición a sacrificarse con jornadas extenuantes. De hecho, en su Informe de Riesgos Globales de 2021 este organismo ya situaba la “desilusión de los jóvenes” como el octavo de los diez riesgos más inmediatos para la economía.
Quiet firing o despido silencioso
No obstante, sobre todo en las redes sociales, se ha empezado a popularizar otro concepto, el 'quiet firing', que visto con perspectiva, sería la otra cara de la moneda.
Estaríamos en estos casos ante un jefe que quiere deshacerse de una persona empleada, sin afrontar de forma directa la situación, si no que, desmotivando a la persona trabajadora, en el mejor de los casos, consigue su renuncia voluntaria.
Formas sutiles de acoso laboral
Independientemente de la terminología, estas situaciones representan formas sutiles de acoso laboral, más comunes de lo que se percibe. Según un estudio realizado por el portal de empleo Infojobs, más del 57% de los trabajadores en España afirma haber experimentado este tipo de situaciones.
El informe revela diversos escenarios habituales como:
- Un 25% de los encuestados se encontraron con un aumento injustificado de la carga laboral.
- Un 24% hablan del estancamiento profesional o la falta de reconocimiento aun habiendo conseguido los objetivos propuestos.
- Un 20% señala la asignación de tareas irrelevantes, dar malos turnos, cambiarle de puesto y/o equipo, no subir el sueldo, quitarle responsabilidades, etc.
Todo ello con el objetivo de minar gradualmente la moral de la persona trabajadora hasta que decida renunciar voluntariamente.
Esta tendencia afecta especialmente a los jóvenes (de entre 25 a 34 años) y, como es tónica habitual, esta situación afecta en mayor medida a las mujeres.
Fenómenos preocupantes en el entorno laboral
En definitiva, tanto el "quiet quitting" como el "quiet firing" representan fenómenos preocupantes en el entorno laboral moderno. Mientras que el primero refleja la desmotivación y desconexión de la persona empleada frente a condiciones laborales adversas, el segundo ilustra la falta de ética y liderazgo por parte del empleador al deshacerse de un trabajador de manera indirecta.
Ambos casos subrayan la importancia de promover entornos laborales justos, equitativos y respetuosos, donde la comunicación abierta, el apoyo mutuo y el cumplimiento de los derechos laborales sean prioridades fundamentales. Solo así podremos construir lugares de trabajo que fomenten el bienestar y la productividad de todos sus miembros.
Si necesitas resolver alguna duda, te recordamos que al ser cliente de MAS Prevención puedes ponerte en contacto con nuestro Departamento de Asesoría Jurídica, quien te asesorará en todo lo referente a la legislación vigente en materia de prevención de riesgos laborales.