El día a día está lleno de responsabilidades y cosas que hacer. Desde que te levantas hasta que te acuestas no paras ni un segundo, e incluso cuando consigues sacar algo de tiempo libre, lo dedicas a hacer cosas pendientes o tareas que puedas avanzar.
Si leyendo la frase anterior te has sentido identificado, puede que estés sufriendo el síndrome de la vida ocupada. Continúa leyendo y averigua todo sobre este problema y cómo acabar con él.
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¿Qué es el síndrome de la vida ocupada?
Si tienes la necesidad de estar continuamente haciendo algo y aunque te haga falta no te permites descansar ni un segundo, seguramente estés sufriendo el síndrome de la vida ocupada.
Es cierto que este síndrome no figura de forma oficial en los manuales diagnósticos de psicología, pero los resultados en varios estudios han dejado ver que es importante comenzar a tenerlo en cuenta.
Se trata de una necesidad de actividad constante y suele apreciarse en personas que trabajan mucho, o en quienes tienden a hacer más de una cosa a la vez sin tomarse tiempos de descanso.
Causas del síndrome de la vida ocupada
Una de las principales razones por las que se empieza a desarrollar el síndrome de la vida ocupada es por la sociedad en la que vivimos, se piensa que una persona que no está haciendo algo es un fracasado por lo que se intenta estar siempre haciendo algo.
El estar continuamente haciendo algo nos hace sentir productivos y esto nos hace pensar que somos mejores. Hay quienes no soportan estar aburridos, por lo que tratan de hacer cualquier cosa antes de estar descansando o dedicándose tiempo.
Síntomas del síndrome de la vida ocupada
Es fácil reconocer a una persona que sufre este síndrome, ya que presentan actitudes muy concretas:
- No saben decir que no
- Sufren cansancio extremo
- No disfrutan del tiempo sin hacer nada
- Tienen niveles de autoexigencia muy altos
- Están siempre ocupados
- Sufren estrés
Cómo superar el síndrome de la vida ocupada
Las personas que lo sufren llevan un estilo de vida estresante, esto hace que no tengan tiempo en pensar en cosas que les desagradan o que requieren ciertos esfuerzos emocionales. Una vez conoces cómo identificar el síndrome y que efectos tiene, es hora de que conozcas algunas recomendaciones para superarlo.
Hacer deporte
Practicar deporte te ayudará a desconectar de todo lo que ronda tu cabeza, y te permitirá dedicarte tiempo a ti mismo. Ponte en forma consigue reducir el estrés y la tensión, además de ser un hábito muy saludable.
Crear una rutina
Es importante mantener una buena rutina, tanto de sueño como de alimentación. Muchas veces cuando se sufre este síndrome no se mantienen estas rutinas de forma correcta, porque se descansa o come cuando se puede, no cuando se debe.
Conocer nuestros límites
Está muy bien sentirse productivo, pero debes conocer hasta dónde puedes llegar. Es muy importante no decir que sí a todo y saber ponerse unos límites. Hay que forzarse a decir que no algunas veces para así aprender a tener tiempo libre.
Es muy importante prevenir este síndrome cuanto antes y comenzar a tratarlo en cuanto se detectan todos estos comportamientos. Por eso, hay que tener en cuenta la atención psicológica al empleado, para acompañar a los trabajadores y darles el apoyo necesario.