Los trastornos musculoesqueléticos (TME) constituyen uno de los problemas de salud de origen laboral más frecuente, con millones de trabajadores/as europeos afectados en todos los sectores de actividad. En el conjunto de la UE, casi el 24 % de los trabajadores/as sufren dolor de espalda y el 22 % tienen dolores musculares.
Para acercarte un poco más a este problema, te contamos qué son y cuáles son las causas por las que aparecen los trastornos musculoesqueléticos.
Tabla de contenidos
Qué son los trastornos musculoesqueléticos
Los TME de origen laboral son alteraciones que sufren estructuras corporales como los músculos, articulaciones, tendones, ligamentos, nervios, huesos y el sistema circulatorio, causadas o agravadas fundamentalmente por el trabajo y los efectos del entorno en el que este se desarrolla.
La mayor parte de los TME son trastornos acumulativos resultantes de una exposición repetida a cargas más o menos pesadas durante un período de tiempo prolongado. No obstante, los trastornos musculoesqueléticos también pueden deberse a traumatismos agudos, como fracturas o a causa de un accidente.
Tales trastornos afectan principalmente a la espalda, cuello, hombros y extremidades superiores, aunque también pueden afectar a las inferiores.
Algunos TME, como el síndrome del túnel carpiano, son específicos debido a sus síntomas bien definidos. Otros no lo son tanto, ya que únicamente se observa dolor o incomodidad sin síntomas claros de que exista un trastorno específico.
TME de origen laboral
Los síntomas de los TME en cuello y extremidades superiores pueden tardar mucho tiempo en desarrollarse y se pueden manifestar en forma de dolor, incomodidad, entumecimiento y cosquilleo.
Las personas que padecen este tipo de trastornos pueden experimentar hinchazón en las articulaciones, disminución de la movilidad o de la fuerza de agarre de objetos y cambio de coloración en la piel de las manos o los dedos.
Los TME en cuello y extremidades superiores se conocen comúnmente como esguinces o distensiones, lesiones por esfuerzos repetitivos o trastornos traumáticos acumulativos.
Entre los ejemplos específicos de este tipo de trastornos se incluyen el síndrome del túnel carpiano, la tendinitis y el síndrome del dedo blanco.
H2: Factores que contribuyen al desarrollo de TME
Son varios los factores físicos, organizativos, psicosociales e individuales que contribuyen al desarrollo potencial de trastornos musculoesqueléticos.
Factores físicos
Algunos de los factores físicos que pueden contribuir para el desarrollo de los TME son:
- Aplicación de una fuerza que da lugar a una presión mecánica intensa en el cuello, hombros y extremidades superiores.
- Trabajo en posturas forzadas: los músculos se contraen y el cuerpo soporta cargas mecánicas mayores.
- Movimientos repetitivos, especialmente si involucran los mismos grupos musculares y de articulaciones.
- Trabajo prolongado sin posibilidad de descansar y recuperarse del esfuerzo de manipulación de la carga.
- Vibraciones mano-brazo que causan entumecimiento, cosquilleo o pérdida de sensibilidad y obligan a ejercer más fuerza para agarrar los objetos.
- Espacio reducido, que obliga a trabajar en posturas forzadas y diseño inadecuado de herramientas y maquinaria.
- Calor excesivo, que aumenta el estado de cansancio general, mientras que el frío excesivo puede hacer más difícil agarrar los objetos.
- Iluminación insuficiente, que induce a los trabajadores a adoptar posturas forzadas para ver lo que están haciendo.
- Niveles de ruido elevados, que ponen el cuerpo en tensión.
Factores organizativos y psicosociales
Cuando hablamos de factores organizativos y psicosociales nos referimos a:
- Trabajo con un alto nivel de exigencia, falta de control sobre las tareas efectuadas y escasa autonomía.
- Bajo nivel de satisfacción en el trabajo.
- Trabajo repetitivo y monótono a un ritmo elevado.
- Falta de apoyo por parte de los compañeros, supervisores y directivos.
Factores individuales
En cuanto a los factores individuales que potencian los TME podemos mencionar:
- La capacidad física de los trabajadores varía y las lesiones previas hacen que el cuerpo sea más vulnerable.
- Falta de experiencia, formación o familiaridad con el trabajo.
- Vestimenta o equipos de protección individual inapropiados, que pueden limitar las posturas o requerir un aumento de la fuerza necesaria para trabajar
- Factores personales, como el tabaquismo o la obesidad.
Los empresarios tienen la obligación legal de evaluar los riesgos existentes en el lugar de trabajo y de actuar para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores y de otras personas que pudieran resultar lesionadas. Este proceso se denomina evaluación de riesgos.
En MAS Prevención, realizamos las evaluaciones de riesgos laborales con objeto de determinar los riesgos existentes tanto a nivel general como en cada uno de los puestos de trabajo, además de indicar las medidas preventivas que serán necesarias para evitar cualquier tipo de daño para la salud de los trabajadores en el desarrollo de sus actividades.